Las aves migratorias en el estrecho

Águila perdicera

Las corrientes migratorias, se suceden al año debido al invierno y al verano como todo el mundo sabe. Es aquí como en medio de la nada encontramos un hueco para asistir al embudo más grande de Europa – Tarifa –. Siendo la temporada finales de agosto e inicios de septiembre, la ideal para poder ver parte de las 20.500 aves que cruzan aquel inhóspito páramo.

Parece ser que las aves migratorias, eligen dos caminos para cruzar al continente negro: o la costa israelí, o la del estrecho. Es más, aunque pueden subir por el estrecho de Messina a la subida de África, jamás lo hacen a su vuelta, dando la vuelta por toda la costa hasta bajar por la ciudad de Sancho el Bravo.

Observatorio de Algeciras

Esa tarde soplaba el viento de levante, lo hacía con una fuerza 7, así que ningún ave por valiente que fuera se atrevía a cruzar aquel mar, no fuera acabar en mitad del atlántico. Olvidando todos sus problemas se encontraban dando círculos al refugio de las montañas a la espera de otro día más propicio, un grupo de unas 100 rapaces y varios buitres. Ese fue el momento donde me veía a mi mismo contando gavilanes, águilas culebreras.. A mi, personalmente me parecía complicado distinguirlas aunque los turistas aficionados y los ornitólogos del observatorio lo hacían sin mucho esfuerzo. Me puse al lado de Román, que era de la fundación MIGRES, para que me fuera explicando como distinguir tanta ave: que si la cola, que si las alas, que si el característico aleteo o la forma de planear, cualquier escusa era suficiente motivo para que me lanzara a mirar en los anales de mi elenco de aves, y sin lugar a duda, exclamar muy alto, como si supiera de que iba aquello, “esta viene de Baviera, seguro. Si se le nota en el movimiento, no ves que es de otra raza”.

Hablando de su protección, vimos como empezaba a ser una oportunidad para economías locales apuntarse a la iniciativa turística, que tímidamente han iniciado los empresarios tarifeños. Ayudado a publicar una guía y libro sobre este turismo y hasta asistir con un stand propio a Fitur - esperemos que dentro de poco sea una realidad como existe en otras partes de EU -.

Desde el prisma institucional, se pueden ver los grandes esfuerzos de estas iniciativas que van desde la protección de los cables de corriente eléctrica hasta la vigilancia de los molinos de viento, que por cierto es uno de los campos de acción, siendo la autonomía de los molinos y la protección de rapaces una de estas esferas de estudios prácticos del CSIC, consistiendo estos en cámaras de movimiento.

Al final del día y aunque fuera de lejos, conseguimos ver un imperial joven. Creando una sensación de que el hombre es capaz de convivir con otras especies en un intento de ser mas hombre y menos dios, o solo un semidios un poco poderoso..