miércoles, 1 de junio de 2011

Ab imo pectore

La revolución filosófica que estamos viviendo, predeterminada por la evolución humana que salta desde el racionamiento lógico de su existencia y el desarrollando de este proceso evolutivo a una nueva dimensión científica y medible. Generando una nueva situación de expansión a nuevas fronteras, la evolución del hombre pasa por su propia creación y su invasión a áreas desconocidas y nuevas tanto tecnológicas, biológicas como químicas y su integración a la maquina humana. Lo que nos sugiere que el hombre podrá determinarse con avances realizados por el mismo, avances maravillosos con el único límite, de la dignidad humana, ambiguo en muchos sentidos.



Hace unos días asumiendo y ejerciendo la soledad, me explicaba la razón de que como seres humanos, nuestro cerebro crea una serie de conexiones neuronales por la segregación de hormonas y péptidos en el hipotálamo, que desarrollan conexiones determinadas a base de rutinas, conformando conexiones concretas. Esto quiere decir que a través de utilizar de manera repetida una serie de caminos neuronales generamos y forjamos un carácter, puesto que nuestras emociones se ven repetidas una y otra vez. Para generar un cambio diferente y eliminar una serie de actitudes negativas en nuestras vidas. Debemos cambiar y ejercer un autocontrol estricto, obligándose a estar positivo y demostrar las ganas de vivir plenamente.



La unión de la constante humana y su explicación científica genera el desasosiego de control existencial que tenemos en nuestras vidas.