sábado, 26 de enero de 2013

"la latina"


El estado moderno


El estado moderno y la contemporaneidad de la historia entran con un cambio demoledor en España por la concentración de poder en la figura de los reyes católicos. El gran cambio político y social de la época es acabar con el marques de Villena, que significa acabar con parte de la autoridad de la nobleza, de ahí no cabe más que un salto a conseguir: un ejercito profesional. Primer paso para la unidad y control de un estado, que fuerza obviamente a la creación de una burocracia para controlar el aparato. La modernidad en una corte todavía itinerante y de difícil gestión, se añade una circunstancias más, como es la necesidad de proyección internacional; puesto que controlado el territorio interno y la reconquista, entra en juego el descubrimiento.


Al tener que relacionarse con otras cortes entra el idioma del latín como norma impuesta  Apareciendo en escena nada menos que Beatriz Galindo, muy diestra en latín y de ahí “la Latina”– que pasa a ser maestra de Isabel I y de todas sus hijas. Giro radical en la pedagogía de ese tiempo, y la cual no llegaría simplemente a ser preceptora, sino a ser parte de ese consejo personal de la reina.


En el renacimiento se inicia una nueva reorganización del hombre, claro que desde un punto aún teocrático pero ya basado en el hombre como motor. Por tanto entran nuevas ideas en la sociedad, nuevas corrientes artísticas y filosóficas, -una necesidad de re descubrir el conocimiento. Beatriz Galindo no deja de ser uno de esos brazos que ayudan a que se de el cambio. En el caso de España, la casuistica de su internacionalización, empuja, como comentaba, a la necesidad de comunicarse. La obra de Nebrija, nuestro primer humanista; obra publicada en Salamanca en 1481, da la llave a buscar la vía del pensamiento, a tener acceso a la puerta de Ciceron, Seneca, Platon y tantos otros clásicos, una verdadera llave al cambio.


Para terminar, comentar que Beatriz Galindo es una figura interesante para nuestro querido Madrid. Casada con Ramírez de Haro, mando realizar el hospital de la calle Toledo; fachada trasladada hoy a la politécnica de Madrid. Muy cerca de este hospital fundo un convento, en ese lugar, actualmente hay un pequeño callejón que conserva el nombre de concepción Jerónima pero el edificio se derrumbo a principios de siglo. 
Fundo otro convento hoy desaparecido en lo que es hoy el edificio Beatriz de la calle lista, de ahí el nombre del edificio. Es un convento que traslado la Madre Cristina de la Cruz Arteaga a el Goloso, en los altos de la universidad autónoma de Madrid.

Estableciéndose una comunidad de franciscanas en el antiguo hospital, el de la calle Toledo 52, que por cierto, a su Rvda Madre Abadesa  la tengo en alta estima y  en mis oraciones.

viernes, 18 de enero de 2013

Invierno

Hace tiempo que no escribo.

Supongo que el invierno para mi es como todas las cosas que se nublan en Madrid cuando entra esa espesa niebla de las seis de la mañana, y aunque sabes que acabara escampando, algo en tu interior te hace buscar refugio.

Se amontonan los planes y las cosas por hacer, los propósitos y las enmiendas a uno mismo. Si digo la verdad, tengo miedo al enfrentarme a este blog y sacudir a cinceladas las verdades que me asoman. Es más, prefiero a veces  hacer el avestruz y mirar a otro lado como si aquello no fuera contigo, puesto que el tiempo es un arma; y es que el hombre se equivoca tanto como lucha. 

Me persigo en mis palabras escritas entre todas las antiguas, entre mis diarios. Mi soledad se agolpa en invierno, sin querer escenario ni micrófono solo pasar desapercibido. Nacho vegas de fondo.. Inpenitente


Invierno reincidente
Volvió el invierno a cortejarme de nuevo,
Queriendo arrastrarme a ese lugar sombrío,
Engañando otra vez a un hombre bueno,
Arrastrando despacio el alma hacia el frío.

Anduve distante entre noches oscuras,
Compré suspiros de un lejano pasado,
Añoré la vida que hubiese tirado,
Maldije por ser un enfermo sin cura.

Quisiera volverme hacia el sol del verano,
Ver otra vez amaneceres pasar;
Dominar el tiempo atrapado en mis manos.

Permíteme invierno volver a volar;
Ser otra vez un vulgar ser humano,
Y vivir la vida sin verla pasar.

Poema de Mi amigo Johnny el cual replico aquí!