jueves, 31 de octubre de 2013

Cartagena


Retroceder y avanzar. Ellos sintiendo se impugnados, contradichos y amenazados hasta saltar de nuevo. Así es como se tradujeron las guerras púnicas, así es como el imperio cartaginense lucho hasta perder su colonia en la península ibérica.

Al principio todo se hallaba en paz, los púnicos habían ocupado los puestos fenicios. Instalados en el norte de África, Amilcar pronto se vería obligado a defender las relaciones comerciales con Gadir en el sur de la península, y como heredero del comercio y cultura semita de los fenicios, decidió saltar a (el dorado de la antigüedad) - la península iberica. Su objetivo final, por tanto era controlar el comercio minero del sur de iberia, sobre todo del estaño y aquella antigua "vía de la plata" Tartessica, para así continuar el flujo comercial hacia el medio oriente que tan prospero le había sido a Tiro y a sus Fenicios. Fundo Asdrúbal sucesor de Amilcar, la ciudad de Cartago. Un puerto por otro lado, fácilmente defendible.
Monumento a Asdrúbal
Roma como gran potencia, también mantenía otro influjo comercial con Marsella, hablamos de otra riqueza mineral proveniente de la influencia de esta,  con el sur de la Galia y la costa catalona-levantina.

Mantuvieron estas dos grandes potencias pactos diversos de no agresión, mientras que la expansión Cartigenense se limitara hasta el valle del Ebro, para que Roma no pudiera verse amenazada y a su vez no peligrara la  influencia de Marsella en la zona.

La mecha del conflicto nació al atacar Cartago una ciudad costera aliada de Roma, llamada Sagunto. Fue motivo suficiente para iniciar la segunda guerra púnica y conducir a Anibal hasta las puertas de Roma, con sus famosos elefantes.

Buscaron los romanos del general Escipión, dos legiones, para ataar la retaguardia cartaginense. Concentrando sus fuerzas en Ampurias. Asdrúbal en la contra, es el primero en asestar el primer golpe, derrotando la flota romana y frenando a su vez sus fuerzas terrestres hasta Tarragona. A la contra, Roma desde su posición reforzada en Tarragona maquinaría el triunfo de Sagunto, mientras que una nueva zarpa cartiginense les volvería a atacar obligando los a replegarse de nuevo hacía el Ebro.

Vio astutamente Escipión que la única manera sería atacar directamente a la raíz del problema, la ciudad de Cartago.

Teatro Romano de Cartagena
Conquistada la capital Cartago, consiguió Roma el control de las minas de plata y esparto, y rápidamente el control político de los pueblos indígenas cercanos que les daría un primer dominio. El resto ya fue fácil, “cortada la cabeza - muerto el cuerpo –“. Un último golpe a Asdrúbal en Baecula daría sentenciada la guerra. Salieron al poco tiempo los últimos púnicos desde Cádiz, entregando a Roma el destino de Hispania.
Puerto de Cartagena
Hoy Cartagena, busca su recuperación tras la crisis de las minas del XIX, gran muestra de la gloria de ese momento se ve reflejada en sus edificios modernistas. Hoy el centro de la ciudad se ha entregado a la emigración. Hoy Cartagena es pobre pero busca su lugar en el mapa, su belleza y su historia la hacen capaz de ser una perla del mediterráneo occidental, magnifica obra la de Moneo en el museo por cierto.