miércoles, 28 de noviembre de 2012

Coleccionismo de arte en España


El coleccionismo.
Como primera impresión, se diría que es una pasión como otra cualquiera. Pero he aquí, que las obras de arte han encerrado mas pasión que ninguna otra y hasta han conseguido mover el mundo.


Siempre me ha parecido que hay tres tipos de coleccionistas: El que necesita poseer para confirmar su éxito social; el que invierte en arte como valor de inversión; y el que colecciona por deseo de rodearse de belleza. Es en este último donde podría decirse que esta pasión conlleva algo que el simple hecho de ambicionar más. Es cierto, que puede darse el caso del coleccionista multifacético, pero luego al acercarse a la compra de la pieza, ves de que lado cae más.



Para mí, no cabe duda que aunque el coleccionismo se enamore de una narrativa, de una idea genial, acaba buscando cierta idiosincrasia con su propio contenido. Busca como fin entenderse así mismo, como algún motivo motor, más que por la compra caprichosa o el azahar, del coleccionista.

En España han existido grandísimos coleccionistas, y colecciones que se han ido sucediendo y cambiando de mano en mano, porque lo primordial del arte es su intercambio. Ese es su motor y no hay ningún otro. Por ello cada vez que un museo compra una pieza y la saca del mercado, muy difícilmente volverá a estar en circulación, de tal manera que el mercado se drena constantemente. Motivo por el que tiende al alza, puesto que siempre nacen nuevos museos, en cada lugar del mundo. Compras institucionales vs privadas.

Los coleccionistas españoles como en toda Europa han sido, las casas reales. Teniendo grandes coleccionistas como Felipe II y Felipe IV, ambos grandes compradores en Europa y a los cuales la colección real les debe la mayor parte de su magnificencia. Como el coleccionismo necesita de dinero y seguridad para su transmisión, las grandes casas siguieron el ejemplo, Olivares, Infantado, Lerma, Medinaceli, Leganés, Villahermosa y la única hoy no dividida la de Alba.

La semana pasada antes de recoger a un amigo de mi padre en la parroquia de San Gines, cuya colección por cierto es de primera, pase por la exposición sobre el Infante Don Luis expuesta en Palacio. Aunque la vida de Don Luis debió ser triste por la personalidad de su mujer y por vivir siempre en el exilio de Madrid, convino esta situación de una manera muy practica al arte: ya que fue un grandísimo mecenas. Se rodeo de intelectuales de su tiempo, artistas y compositores.. hasta tuvo una gran inquietud científica. En arte llego a tener 900 piezas y además ayudo tremendamente a la carrera de grandes pintores como Goya y Paret. 

Habría que decir aquí que quien ayudo realmente a Goya fue la duquesa de Osuna que fue una gran intelectual y quien compro las pinturas más oscuras de Goya ej. El Aquelarre para el capricho. Aunque todos los coleccionistas del momento se dejaron retratar por el artista aragonés, hay que pensar que Goya pinto muchísimo y paso por muy diferentes estilos.

Subasta de Osuna (palacio de las vistillas)

Osuna (infantado-Lerma) acumulo ciertamente bastante obra que fue a parar a las famosas subastas. Al final del siglo XIX nacen nuevos coleccionistas todavía de la familia real como Hernani o de la aristocracia como Cerralbo aunque no tuviera una gran colección de arte. Pronto aparece la burguesía alta, como Cambó o Galdiano, este último con una defensa a ultranza del patrimonio histórico-artístico Español sobre todo en la visión de la compra de tablas góticas y del renacimiento Español, pero además por la compra de arte en el extranjero.

“Desde 1600 solo Felipe IV y yo trajimos a España grandes obras de arte”
Lazaro Galdiano

Lazaro se inicio pronto en el conocimiento del arte, fue hasta consejero de la expo. Universal con 26 años en Barcelona. Era de recio de carácter y le fue bien en el Banco hispano pero mejor aun con su boda con Paula Florido que le puso en la esfera internacional. Si bien es cierto que debía ser un soberbio, le encuentro estupendo y la historia le hará más justicia.  Nacen después grandes como March y todavía más actuales como Abelló o Pérez Simon