viernes, 26 de agosto de 2011

Ab imo pectore II parte

Empiezo a creer que focalizar conscientemente un hecho y que acabe ocurriendo puede ser posible. Sin duda parece milagroso, aunque no deja de ser nada nuevo. Lo entiendo como una gran tela de araña, una red que influye, una gravedad que enlaza y sostiene parte de ese cosmos o conexión que lo une todo. Son claras las infinitas transmisiones que se generan y que se rigen desde un plano diferente al de nuestra consciencia. Pero, ¿cómo ejercer esa influencia desde el mundo del imaginario al real?, ¿cómo alinear nuestros pensamientos a algo concreto? Partamos de que todo es energía y que ésta, da forma a la materia, y como parte de ella o fuente de ella podemos influir fuera de nuestros límites físicos.
La auto-sugestión a uno mismo es el inicio a una vida más plena, pensar en positivo es empezar desde lo propio a lo exterior. El punto de partida es alienarse a un fin, ser consecuente en un modelo de vida y esforzarse en mantener diariamente la idea, así como proyectar esa meta concreta a todas las relaciones de nuestro presente. La clave de un futuro mejor es la concordancia con nuestros hechos, sólo ellos nos pueden convertir en esclavos. Por ello, debemos empezar a fomentar actitudes positivas, independientes y desinteresadas estas acciones nos llevaran a producir nuestro fin, aunque sea inconscientemente. Según mi opinión la clave se encuentra en la entelequia de la visualización del hecho y la satisfacción y plenitud que este hecho traería, parecido a cuando buscamos repetitivamente un sueño antes de acostarnos. Yo suelo soñar con que vuelo.