lunes, 27 de abril de 2020

La pandemia, oportunidad a la Fe

Sobre la sociedad
Intentando razonar mi fe contra la corriente actual, Dumarais: “ La religión no es más que la pasión humana nacida de la admiración, del temor y de la esperanza”.. Te das cuenta, de lo complicado que es hablar de religión, principalmente porque todo el mundo en nuestro entorno ha tenido la opción de tenerla o de rechazarla, y como consecuencia uno siempre intenta imponer su criterio. Sabiendo que a todos nos falta catequesis, conocimientos, y que la ignorancia no deja de ser muy osada.
Estamos viviendo una nueva sociedad, con unos nuevos valores. La búsqueda de lo bello, lo bueno y lo justo ha sido remplazada por lo rentable y lo práctico. Una nueva sociedad centrada en el hombre como centro absoluto, desplazando a Dios. Sabiendo que ya no cuenta solamente con la ley natural sino con su propia inteligencia creadora. Desde la cual, domina a la verdad a través del relativismo. Perdiendo el foco de lo central para definirlo según lo accesorio, su subjetividad. Consiguiendo que ya todo sea cuestionable, confuso .. y sin certezas, todo se vuelve manipulable. De ahí su dictadura, porque ya nos la han impuesto a través del pensamiento de la mayoría. Una mayoría que no conoce la diferencia entre lo legítimo y lo legal. Ahora en su siguiente lucha, definida en la cultura de la muerte o la educación ideológica de los niños. Una lucha bastante perdida a costa de nuestra ya acomodada conciencia, que simplemente no quiere reconocer que el lobo es el hombre para el hombre.

Sobre Dios
Como católicos creemos que Dios no es un arquitecto creador alejado del hombre, sino un sujeto que entiende y que conoce, y que quiere entablar un dialogo. Una conversación que lleva siglos dándose a través de sus diferente revelaciones y alianzas: Adán, Noe, Moisés, profetas varios.. y por último, la última revelación -Cristo-. En cada uno de esos encuentros, se esculpen una seria de principios, en los cuales nos hemos basado para ordenar nuestros actos y placeres, porque la realidad es que el hombre ha de educar su voluntad. Siendo el mensaje de la última alianza, la de Cristo, el testimonio de su vida y su nueva doctrina.
Desarrollar la religión de manera uniforme, ha sido la tarea de la iglesia, que ha dado forma a esa tradición apostólica, y al propio magisterio por el cual somos capaces de entender sin caer en opiniones contradictorias, o sometidas al criterio personal, o a ser utilizadas y transgiversadas. Así es como podemos entender, la mayor revelación de todas, que es la afirmación de que Dios ama a los hombres. Jesús dice: “el amor más grande que hay, es la entrega de tu vida por los demás”, por tanto, Dios se hace hombre para demostrarnos ese amor, siendo crucificado.
Para explicar el porqué de la Cruz, hay que entender su carácter de Redención. El hombre que ha perdió su santidad (Pecado original), nace sometido a la ignorancia, al sufrimiento, a la muerte, y a la inclinación a la debilidad. Simplemente, el pecado, es un concepto desintegrador. Aristóteles dice que los actos buenos desarrollan al hombre y que los vicios lo estropean. Desintegrar lleva a la pérdida del Ser. Por tanto, la Cruz como ese acto de amor, es una acción redentora, el castigo y el sufrimiento son utilizados para expiar los males o los pecados de cada uno de nosotros. Ese amor es una acción integradora que nos une de vuelta a Dios.
Me he encontrado con esta cita a San Agustín “ comprender para creer, creer para comprender”.
Reafirmándome que a la Fe se debe llegar a través de la razón, no son dos esferas incompatibles, sino que una engloba a la otra, ambas hechas por Dios para que el hombre de respuesta a su mensaje.