viernes, 23 de octubre de 2015

El cambio

El control de las circunstancias es imposible. Sobrevenir y sobrevivir a los cambios es exactamente a lo que nos han preparado, con lo que mi teoría del teatro y lo de mantener su decorado, se ha caído rodando por la cuesta de Pedro de Valdivia. Una nueva pregunta me ha alcanzado: ¿Cómo vencer a los hechos y como dominarlos? He podido responder a ella con un cambio vital de actitud, sincerando los objetivos y rediseñando el recorrido; una reflexión que me ha llevado a dividir la vida en tres etapas: Aprendizaje, ganar dinero y por último, servir a los demás.


Terminada la etapa del Aprendizaje donde he conseguido entender que la libertad es un concepto a realizar en lo correcto y que solo la conducta determina a la propia persona. He avanzado con un paso firme y dos de lado a esta segunda etapa que se centra en una jaula de oro a los pies del Támesis, donde las horas se escapan al recuento y donde la rutina es la única capaz de tocar las doce en punto. Alejado ya de las distracciones y trivialidades lo único que sigue independiente es una pequeña frivolidad que aun hace de las suyas en el nuevo gran mundo al que me someto. Ahora bien, dejar del todo la provincia para iniciarse en un nuevo océano, lo veo uno la mar de complicado y dos no es del todo lo que quiero. Así es como exponía los hechos sobrevenidos y mis nuevas teorías el día de mi cumple en la calle libertad con los amigos, todos regados con buenos tondonias.


Desde mi más profunda fascinación, puedo ver esta vida ya no desde el burladero sino desde el ruedo, la partida está jugándose y desencantado de las nostalgias  he decidido apostar por estar más atento a lo que ha de llegar, en vez de preocupado por entender lo que había pasado. Para ello, he de descifrar una nueva forma de interpretar los hechos, forma que aun no tengo clara. Aun as'i ha sido curioso comprobar como desde lo lejos, las cosas se ven de otra manera y donde las impresiones se vuelven menos afectivas; curioso desvelar que las situaciones aun familiares se vuelven predecibles; y también curioso crear tanta curiosidad. Una nueva forma se apodera de mí, es la del cambio, tocan las doce, se escapa la hora, a la a seguir remando.