miércoles, 29 de noviembre de 2017

El principado de la Fortuna y las islas canarias (segunda parte)

Puerto de Sta. Cruz
Lo primero a tratar en la historia de las islas es su importancia de control marítimo, estratégico para el atlántico, parada obligada no solo del este al oeste, sino del norte al sur, por ello han sido atacadas innumerables veces. Empezando por el famoso Drake que fue rechazado en Gran Canaria en 1595 con la perdida de 4 oficiales y 200 hombres, así como el ataque de la escuadra holandesa dirigida por Vander Doez, en la que se perdieron 2,000 hombres, la mayoría milicianos. Tal riesgo obliga a la corona a instaurar un Capitán General con plenas facultades, a fin de reaccionar sin dilación ante cualquier asunto, muy en contra como es lógico de las autoridades locales conocidas como la Audiencia, que consiguió en cambio tener su propio tribunal y tres magistrados. Las islas fieles a Felipe V lo demuestran en la lucha contra el almirante ingles Genings que consiguen rechazar en Tenerife. De nuevo a final del siglo vuelven a ser atacados por los ingleses, en esta ocasión hacen capitular al mismo Nelson, el cual pierde el brazo, tan admirable hazaña fue realizada por el general Gutiérrez, un veterano que ya había luchado contra ellos en la toma de Malvinas y de Menorca; poco ensalzado como a todos nuestros héroes.
Vegueta
Sobra decir que desde las islas partieron todas las expediciones a las Indias, y se hicieron grandes fundaciones por isleños como la de Montevideo. Por lo que las Afortunadas fueron siempre lugar de tránsito y de forasteros, de ahí los consulados que se conservan en las islas en representación al puerto de la Luz y el de Sta. Cruz. Con gran influencia inglesa y holandesa.
Para seguir con la historia de las islas, en el cambio constitucional se da fin como en el resto de España a los señoríos jurisdiccionales, las islas abolen definitivamente las facultades que se mantenían sobre todo en las islas menores de nombrar alcaldes.

casa del Castillo
Sobre sus gentes, las sociedades de la Laguna y de la Orotava en Tenerife, junto con la de las Palmas en Gran Canaria han vivido ajenas e independientes unas de otras, hasta finales del XIX donde se mezclan estudiando los jóvenes en Las Palmas y las niñas en los internados de Tenerife. Es con Alfonso XIII cuando Las Palmas consigue ser al fin capital de provincia, hecho aún muy recordado por los canarios por la rivalidad que hay de tras fondo entre ambas islas. Las sociedades de ambas son de familias todas antiguas, la mayoría provenientes de los propios conquistadores. Tenerife al llover más y con mejores tierras atrajo en los repartos iniciales a los más principales, su sociedad se mantuvo más cerrada y endogámica, conociéndose de allí a las famosas trece o catorce familias: cuatro de la Laguna, las más importantes, y las nueve de la Orotava, todas con grandes apellidos que fueron casi todos titulados a lo largo de la historia: Nava y Grimon, los Ascanio, Salazar, Montemayor, Sotomayor, Benítez de Lugo... Mientras que en La Gran Canaria, ciudad más cosmopolita y Burguesa solo hubo dos títulos, a parte de los Benítez de Lugo de Tenerife que acabaron en Arucas por matrimonio, estos dos fueron de los del Castillo, divididos en dos ramas, la principal que sería la de Castillo Olivares, siendo el mas importante el ministro de la Regencia, León y Castillo nombrado marqués de Muni y responsable de nuestra entrada e Marruecos. Y una segunda rama, la del Castillo que sería condado de la Vega Grande de Guadalupe, siendo esta la que heredaría por el apellido Amoreto la zona sur de la isla, finca que va desde los pueblos de Vecindario hasta Mogán, hoy reino de turistas antes simplemente de ganado; por último, no dejar de nombrar a otra gran familia de origen castellano y de la conquista, que es la de los Manríquez de Lara.
barranco en Tenerife, barrio antiguo y Biblioteca

Como buenos isleños el tiempo corre de otra manera, y la música sigue sus valles, como venas a la montaña. En artes han dado escritores, compositores, y sobre todo mucho escultor. Su arquitectura da muestra del contagio a Hispanoamérica, sus casas enmarcadas en piedra negra las hace cuanto menos únicas. Al Canario le gusta su tierra y las mujeres son guapas. El sistema de las autonomías les ha generado grandes estímulos, aunque por el otro lado hace que los jóvenes no estudien siempre en la península con el contagio que conlleva, si bien, el viajar está al alcance de todos. Canarias vive un momento expansivo, los acuerdos del cabildo con el PP han logrado nuevas subvenciones que harán crecer empresarialmente a las Islas, nada nuevo puesto que siempre han tenido exenciones fiscales ya desde la época de los Austrias cuando en 1528 no pagaban alcabalas sino solo unos bajos tributos por importación y exportación.

Barrio de San Francisco en Telde

Me gusta Canarias, aunque como lugar de paso existe la veleta.

martes, 28 de noviembre de 2017

El principado de la Fortuna y las islas canarias (primera parte)

Las islas canarias se conocen desde los tiempos antiguos, no solamente por ser descritos por Plinio, o Plutarco, ni porque el rey Juba II de Mauritania explicara al emperador Octavio Augusto las historias de aquellas islas llamadas “las Afortunadas”, sino porque ya existían en los mapas de Tolomeo, y estos provendrían de los conocimientos de las rutas fenicias y cartaginenses en las navegaciones que hicieran los primeros desde la ciudad de Gadir. También y por nombrarlo, podríamos decir que existe otro origen, él mitológico, el de las siete islas llamadas “las efemérides”, hijas de Neptuno, en donde Atlas pudiera fundar mas allá de las puertas de Heracles, la Atlántida, descrita por Platón de entre las conversaciones de Timeo y Criteas el viejo.


Si bien, no conocemos como fue la colonización de las islas y las repoblaciones que debieron tener entorno a la primera mitad del primer milenio A.C. podemos afirmar que arqueológicamente se han encontrado ánforas de estilo púnico en asentamientos de Hierro, Palma y Tenerife; y aunque las pruebas confirman estas influencias sabemos que las primeras oleadas vendrían en todo caso del norte de África de la zona bereber en donde existen influencias y pruebas concretas.

Si bien la historia oficial se inicia con la Conquista occidental. Desde Aviñón Luis de la Cerda es entregado el derecho de la conquista de las islas y nombrado príncipe de estas en 1344 por el mismo Papa, aunque él nunca llegaría a ir, si se mandó una relación de misioneros y hasta un obispo “el de la fortuna” que llego a la isla de la Gran Canaria donde hiciera un asentamiento cerca de Telde en 1351. Pronto el primer conquistador aparecerá en escena; Jean IV de Bethencourt de Normandía y su socio La Salle que no sería reconocido con ningún derecho, fundarían Betancuria en Fuerteventura, siendo este mismo Juan IV el que le ofreciera en vasallaje de la conquista a la regente de Castilla, Catalina Lancaster madre de Juan II, a cambio de nombrarle señor de las islas y la quinta parte de los productos exportados. En las guerras de Inglaterra y Francia en Normandía, Bethencourt se convierte en vasallo de Inglaterra y vende la donación del señorío de las canarias al II conde de Niebla en 1418. El cual la revenderá a su vez, en 1420 a Alfonso de las Casas, sucediendo su hijo Guillen y luego su nieto Guillen Peraza de las Casas como señores de las islas, este último morirá en la conquista de la Gomera siendo su heredera, su hermana que hubo de casarse con Diego de Herrera, que serán nombrados condes de la Gomera dotándoles de rentas, a cambio de la cesión de los derechos a la corona que vio peligrar la situación de Castilla ante un desembarco Portugués en el puerto de las Nieves al norte de la isla de gran canaria, tomando desde entonces (1478) las riendas de la empresa y su conquista por el Capitan Vera. Siendo en 1494 por el capitán Fernández Lugo la de Tenerife, que fue vencido en un primer momento con la pérdida de 900 hombres, pero que fue logrando su victoria hasta ser definitiva en 1496. Fundando la ciudad de la Laguna.
Los cronistas de la conquista describirán los reinados de los aborígenes, y detallaran las estructuras sociales, tribunales, propiedades, noblezas y los reinos: dos Guanartemes (reyes de gran canaria) y los nueve Menceys (reyes en Tenerife), estos últimos hijos de un primer gran Mencey llamado Tinerfe que gobernó la isla igual que su padre totalmente en unidad.

Aunque la historia les cataloga de pueblos Neolíticos por no tener metales, lógicamente son islas volcánicas, se las considera avanzadas al conocer la escritura. Un punto interesante es que hubieran olvidado la navegación, lo cual las hace desarrollarse independiente de cada una de las otras islas.
Se dice que los conquistadores acabaron con los conquistados si bien, los estudios de ADN demuestran lo contrario, en las islas menores solo un 25% de la sangre es aborigen mientras que en las grandes llega hasta un 50% de orígenes pre-castellanos.