viernes, 31 de octubre de 2014

Notas sobre Ecuador



Ecuador mestiza de dos imperios.

La sensación que he tenido ha sido contradictoria. Si tuviera que hacer una valoración sería del todo positiva. En este viaje en solitario debía de reconocer las brechas del virreinato y entender a esta sociedad dividida por la riqueza, por la tradición, por el clima, por sus razas y hasta por sus aspiraciones. Descubrir ese mestizaje del que habla el pintor Guayasamin. Ese maravilloso pintor que parece acumular el odio y la ira de generaciones de indígenas para pasar a la comprensión de una américa hispana global y de una aceptación de su pasado.

Entendí el populismo, sus medidas fiscales, laborales y el cumplimiento de la ley antes inexistente. Con las recaudaciones y las ventas del petroleo se ve que han invertido en infraestructuras, el desarrollo es palpable y positivo, se nota y llega a la población. Aunque se habla de comercio y de industria, está es debil y está alineada hacia una autarquía nacional.


La sociedad quiteña es pro-española, se rige en su modo tradicional como la nuestra. Se hablaba del presidente Borja y del presidente Plaza. Se discute entorno a las haciendas cercanas donde el caballo de paso peruano y las monturas repujadas hacen gala de nombres y familias. Donde cada generación tiene por costumbre encargar un bargueño y en donde las piezas barrocas son la aquiescencia de pertenecer a una clase determinada. Amar quito, es conocer sus iglesias alineadas con el movimeinto del sol, entender a la compañía de Jesus, a los Dominicos y a los Franciscanos es parte y raíz de su propia independencia.


Al recorrer los parques nacionales, se siente por fin las expropiaciones, como la que sufrió el ingeniero Delgado en el Antisana o la familia Guarte en su laguna del Cajas.He conocido ecosistemas muy diferentes (andino, amazónico, pacífico) y un turismo en vías de desarrollo, sin demasiada calidad pero haciendo esfuerzos por mostrar su mejor cara.

Parque nacional del Cajas
Mis rutas fueron bien diferentes ya que pase por las ciudades andinas pobres que no míseras, y conocí a los indígenas con su bono solidario por el que deciden sus votos a un gobierno o a otro,  "compran su voto". Humildes, con sentimiento de etnia y de diferencia, trate con diferentes gentes en la laguna del Quilotoa, en los páramos de Cotopaxi o del Chimborazo.

Pueblo andino hacia Alausí
Me adentre en los afluentes del rio Pastaza, en esa selva amazónica, en ese bosque primario. Era el único turista. Al andar íbamos abriendo paso por lo que creíamos era una senda, la cual pronto dejo de serlo, curioso que el guía al andar no tocaba rama alguna, por si hubiera cualquier cosa, y a base de abrir selva con el machete encontramos al fin una salida. No llegaríamos a 4km tras todo el día, el paso era lento, lento se abría. Me impresiono la oscuridad de la noche - no importaba tener los ojos cerrados o abiertos -.  

Aflluente del pastaza
Por otro lado, también conocí la sociedad de Guayaquil, segunda ciudad del país, más rica y prospera que Quito. Una ciudad arrasada por incendios, ataques de piratas. Sus gentes no querían saber demasiado de Quito o de España sino más bien de Miami. Había gente que ni siquiera conocía la propia ciudad viviendo al refugio de la urbanización americana de Samborondon. Allí vi riqueza y comprendí la diferencia social que sufre Ecuador.

Guayaquil
Durante el viaje escribí, intente recapitular estos años donde mis circunstancias a veces habían dominado mi ánimo y como creía luchar contra todo, mirando a otro lado, decidiendo demostrarme que a consecuencia de mi constancia podía llegar a puerto. Tantas veces fracase. Pero sé que si mantengo el rumbo llegaré a comprender que no hay nada más que pueda ofrecer que mi propio ejemplo.

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