martes, 29 de abril de 2014

Caferacer



Cuando un Rock & Rolla de los 50´s del West of London, joven y sin pasta en los bolsillos, hizo de una vieja moto de Norton un apaño con un motor de Triumph, no sabía que generaría tantas consecuencias como las que  luego llegaría a tener. Aquel chico marcaría no solo a una generación sino a toda una época de transgresión y de independencia que constantemente sigue a día de hoy sirviendo de inspiración.

Este rockero simplemente añadió un tanque de aleación, un guardabarros trasero y un asiento subido para crear una sensación estética más curva, lo que no sabía es que sería la pura expresión del  arquetipo de hombre sin límites, de riesgo y de aceleración. Hoy mecánica y estilo son sinónimos de ese hombre y de esa época. Y es que aquella moto de apariencia de carreras, cuya finalidad era aparcar en un café para luego trasladarse a otro, sería una autentica conmoción social que daría lugar a los llamados caféracers - con sus Royal Enfield o Triumph versus a otro grupo suburbano llamado los mods cuyo fin era el mismo concepto pero con diferente estilo en motos Vespas y Lambrettas. En general todos se enfrentan a la descarga en vena del motociclismo. Una plena reafirmación personal y de pertenencia a grupo que dibujo líneas tanto en el tipo de música como hasta el tipo de drogas y consumos.

Decidí comprar una Royal Enfield modelo Clubman, lo hice en Zaragoza, podía haberla comprado en Madrid pero quise que cada recuerdo tuviera un nombre y una imagen. 

No hay comentarios: