Michel Eyquem de Montaigne |
Stefan Zweig tiene un
pequeño librito dedicado a Michel de Montaigne, y lo comprendo, ya que este
fascinante escritor impresiona por su naturalidad, y es que Montaigne es mucho Montaigne, fiel así mismo como dice de si, su pluma
va donde él decide, y siempre trata de atenerse a ella y a la ironía que le marca: “A quienes me
preguntan la razón de mis viajes les contesto que sé bien de qué huyo pero que
ignoro lo que busco”. Y es que
Montaigne es uno de los mayores humanistas de la historia, un hombre que
intenta acercar el pensamiento clásico a su propia época. Busca la realidad del
renacimiento, la de la razón y la del diálogo, la de la lógica y el equilibrio. Michel es un observador que intenta dar explicación a las cosas a través de
las experiencias de otros, busca ante esa pelea del ser humano contra sus propios obstáculos: Dar respuestas claras y brillantes; “La verdadera libertad
consiste en el dominio absoluto de sí mismo”.
Michel
Eyquem es
un gigante entre los hombres, tiene gracias a Dios, una actitud
investigadora que se debe más bien a la educación recibida por su padre: prohombre adinerado y
antiguo alcalde de Burdeos que intenta dar a nuestro protagonista una
instrucción un tanto peculiar. En los primeros años de vida Michel
conoce el frió y la pobreza, ya que le envían a vivir a casa de unos
arrendatarios de su padre. Una vez que el alcalde considera que no olvidará la experiencia,
lo recoge de nuevo y lo recibe en sus dominios que están presididos por un châteux familiar, y es allí, bajo la tutela de varios maestros donde recibe una educación exclusivamente en Latín. Tan problemático y absurdo era a veces el tema, que como curiosidad el
servicio del Alcalde debía de aprehenderse las frases y practicarlas antes de estar en presencia del
niño, para que la inmersión en el idioma fuera completa. Así es como nuestro corregidor consiguió
que su hijo Michel tuviera de lengua materna nada menos que el latín, y al poco
lo fuera también el griego, - Y así a lo largo de su vida pudo sacarle toda la utilidad, al poder acercarse con toda facilidad a los clásicos sin perderse en traducciones o
interpretaciones; simplemente volviendo a las fuentes -.
Michel intenta hacer carrera pública, pero no sobresale así que decide retirarse de las instituciones para escribir en su torre, y es en aquellos terrenos de su padre donde Montaigne organiza una magnifica biblioteca. Biblioteca la cual a modo de lugar de estudio prepara, y en la cual inscribiría en cada una de las vigas: las máximas, citas o pensamientos que le inspiran a la reflexión - y son todas ellas las que se enfrentan a una sola, a una sola que es su propia divisa: «Que sais-je?» -.
Château de Montaigne
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Michel intenta hacer carrera pública, pero no sobresale así que decide retirarse de las instituciones para escribir en su torre, y es en aquellos terrenos de su padre donde Montaigne organiza una magnifica biblioteca. Biblioteca la cual a modo de lugar de estudio prepara, y en la cual inscribiría en cada una de las vigas: las máximas, citas o pensamientos que le inspiran a la reflexión - y son todas ellas las que se enfrentan a una sola, a una sola que es su propia divisa: «Que sais-je?» -.
las vigas de la torre
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Mi frase preferida de M.E. M. :
“La principal ocupación de mi vida consiste en pasarla lo mejor posible”
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