Jaime es un atormentado.
Lo explica fenomenal su propia hermana cuando
habla de él, en el magnífico documental que realizo la sobrina de ambos en TVE; “Jaime:
le daba setenta vueltas a todo”. Y es que las mentes geniales se desquician un
poco y acaban con una cierta insatisfacción ante la vida, al siempre pretender
más de ella o al aburrirse por la falta de estímulos. Algo relacionado con esta
idea de no aburrir, creo que le debió llevar a tomar la decisión de concluir su
obra de golpe, según comenta un amigo –lo hizo para no repetirse, sabiendo que
ya había dicho todo lo que quería decirle al mundo–.
Los diarios de Jaime son sórdidos, creo que con
ganas de escandalizar, puesto que él es de esas figuras que conoce su futura
transcendencia, por lo que impresiona su constante retorcimiento entorno a la homosexualidad,
a la que se acerca de forma directa, explicita y real, como tratando de hacerla
parte de su propia definición. Todo su arte y refinamiento se agota en cuanto cae
en el tema una y otra vez, diría yo que de una forma un tanto truculenta, le da demasiada cabida ante su propia mitología, como diría de sí mismo.
Quitando esta parte que particularmente me cansa, Jaime hubiera sido íntimo
amigo nuestro, también es cierto que seguramente esta necesidad de
reconocerse en la doble vida; vida que le hace estar y sentirse vivo pero que a
la vez le obliga a ocultarse constantemente; es la culpable de crearle un carácter
pesimista y sufrido, aunque a mi parecer tiene un poco de enfant terrible. Como ejemplo de ello comentaría, que en aquel
reino familiar que es la finca de la Nava, jamás conto o leyó una sola poesía suya
y tampoco se supo nunca nada sobre su vida sentimental – obviamente por
respeto a los suyos y a la estructura social de la época –. Este sacrificio le
honra, pero al pobre le debió de generar una angustia terrible que le acompañaría
siempre.
Gracias a su posición social (la de ser un
niño bien de Barcelona, nieto del conde de Sepúlveda y vizconde de la Nava de
la Asunción -cacique de Segovia-), con un inglés perfecto y con unas maneras cuidadas
y prestadas a dar atención al detalle y a las formas, da con esa particularidad
que tiene toda su estética y le hace siempre brillar, tanto en la vida profesional
como en la faceta de intelectual. Sin duda debía de ser una de esas personalidades
fascinantes, como ígneas, triunfando siempre en lo personal y en el del têtè a teêtè.
En su vida profesional será secretario del
consejo de Tabacos de Filipinas, la primera multinacional española y la empresa
más grande de tabaco del mundo, con sede en Barcelona y cuya propiedad seguiría
siendo del marqués de Comillas 100 años después de su creación; hasta que en los
80’s paso a ser de tabacalera y luego está, la despiezó hasta acabar en manos
de AOI - que son unos productores de tabaco americanos de Virginia, los cuales siguen siendo los actuales propietarios. La empresa tenía
20k Ha en Filipinas divididas en tres fincas llamadas San Antonio, San Luis y
Santa Isabel además, poseía líneas de ferrocarril propias, barcos a vapor, etc. un
verdadero dominio de la cadena de suministro, aparte de otras inversiones como ingenios azucareros.
Su poesía se emancipa totalmente del
simbolismo de la generación anterior, y desde una influencia inglesa, siempre
directa, es catalogada rápidamente como poesía expresionista: al explicar la
realidad a través de la propia experiencia íntima y personal del autor, que nos
acerca a su malditismo haciéndonos parte de él, en un gran reflejo. Jaime nos Lleva
a una afinidad apuntalada por temas que generan una complicidad inmediata, nos acierta
con un lenguaje llano, crudo y coloquial; que hace de su obra una pieza cercana.
Es como si estuvieras en una larga tertulia con él y con un par de vinos de más,
adelantando palabras en inglés o francés para advertir que hablamos de la
naturalidad y la espontaneidad como la única cosa que hace respirable las relaciones humanas aunque lamentablemente toda novedad pierda pronto su interés. Como
no, hablaríamos del sectarismo de la época y de la falta de opinión de una
sociedad que por lo general se muestra de quinto orden y Jaime reivindicaría seguramente de la injusticia que existe en nuestra Espana, la cual le hizo ser de izquierdas, y yo le diría que su izquierdismo
es más de figurante que de otra cosa, puesto que lo encuentro practico para darle
su sitio en la intelectualidad española pero para nada más, aparte claro para comulgar contra todo o contra el propio Jaime
Gil de Biedma.