Hacer una
reflexión sobre un cambio de era es complicado. Es un cambio en toda regla. El
minuto de cambio es el adecuado. El rey siempre pensó que permitir las
municipales antes que las elecciones nacionales fue un gran error por parte de
su abuelo, Alfonso XIII. Las municipales representan poco a nivel nacional,
igual que las europeas, pero no dejan de ser determinantes como antesala social
de los cambios que se avecinan. España está convulsionada, cierto es, pero en el poder todavía hay hombres de estado, por tanto es justo el
momento adecuado.
Vayamos
a los inicios de D. Juan Carlos I, curtido en la antesala del Franquismo tiene
su gran entrada política en asumir la autoridad acallando otras voces;
representar la única solución a la estabilidad y el futuro de España; cerrar
el Sahara sin perder la lealtad del ejército; contener la influencia del comunismo
portugués y la izquierda Italiana; dar sentido y contexto a la pluralidad
política; traer la democracia; dar cabida a las autonomías locales vasca y
catalana; abrir las puertas a Europa..
Su gran
oportunidad política brindada por Tejero te demuestra que SM es un animal
político, un estratega obligado que conoce bien su trabajo y como es lógico, sabe mover alfiles y sacrificar armadas. Este hecho le dio el salvoconducto al mérito y la
confianza del Españolito de a pie. Lo único es que la masa no es leal, solamente lo
son los individuos. A la masa se le dan símbolos en los que creer y reafirmarse,
cuestiones que den sentido. Por ello siempre nos preocupó la falta de protocolo,
una corte al modo franquista, que aunque proyecta su persona y su mérito
individual deja en peor situación al derecho dinástico que es el que debiera prevalecer.
Pero hoy
han cambiado los formatos de hacer política, los de ejercer control, los de determinar
autoridad. Ya no están los grandes señores en la política, los grandes tecnócratas,
hoy cualquier personaje con exposición en los medios tiene la misma autoritas que una persona preparada para
una función de estado. Esa es la gran mentira de la revolución - la igualdad política-. Y
es que la democracia se debe al nivel cultural de sus electores, y en España se iguala a la baja. Se ha perdido la confianza en los ejemplos de excelencia,
que es justamente lo que ha hecho grande a esta nación, actualmente su carencia
y el desprestigio como arma de convencer se ha vuelto uno de tantos puntos claves para entender la gran crisis de valores
de la que tanto hablamos.
Felipe
VI tiene grandes retos como los tuvo su padre, también tendrá sus oportunidades
para demostrar que es merecedor de su Reino. Solo ruego a Dios que sepa
guiarnos, influenciar y dar ejemplo para elevar a la sociedad y así prosperemos
como país y como nación.
Majestad
por España,
todo por
España
¡Viva
España!
¡Viva el
Rey!
Y siempre
le aconsejaría, lo que Kissinger siempre le recomendó a nuestro Rey, que se
fijara en la propia historia de España. España
solo ha sido fuerte en la historia, cuando ha estado unida bajo un Rey con
autoridad.