Retroceder y
avanzar. Ellos sintiendo se impugnados, contradichos y amenazados hasta
saltar de nuevo. Así es como se tradujeron las guerras púnicas, así es como el
imperio cartaginense lucho hasta perder su colonia en la península ibérica.
Al principio todo se
hallaba en paz, los púnicos habían ocupado los puestos fenicios. Instalados en
el norte de África, Amilcar pronto se vería obligado a defender las relaciones
comerciales con Gadir en el sur de la península, y como heredero del comercio y
cultura semita de los fenicios, decidió saltar a (el dorado de la
antigüedad) - la península iberica. Su objetivo final, por tanto era
controlar el comercio minero del sur de iberia, sobre todo del estaño y aquella antigua "vía de la plata" Tartessica, para así continuar el flujo comercial hacia el medio oriente que tan prospero le había
sido a Tiro y a sus Fenicios. Fundo Asdrúbal sucesor de Amilcar, la ciudad de
Cartago. Un puerto por otro lado, fácilmente defendible.
Monumento a Asdrúbal |
Roma como gran
potencia, también mantenía otro influjo comercial con Marsella, hablamos de
otra riqueza mineral proveniente de la influencia de esta, con el
sur de la Galia
y la costa catalona-levantina.
Mantuvieron estas
dos grandes potencias pactos diversos de no agresión, mientras que la expansión
Cartigenense se limitara hasta el valle del Ebro, para que Roma no pudiera
verse amenazada y a su vez no peligrara la influencia de Marsella en la zona.
La mecha del
conflicto nació al atacar Cartago una ciudad costera aliada de Roma, llamada
Sagunto. Fue motivo suficiente para iniciar la segunda guerra púnica y conducir
a Anibal hasta las puertas de Roma, con sus famosos elefantes.
Buscaron los romanos
del general Escipión, dos legiones, para ataar la retaguardia cartaginense. Concentrando sus
fuerzas en Ampurias. Asdrúbal en la contra, es el primero en asestar el primer
golpe, derrotando la flota romana y frenando a su vez sus fuerzas terrestres
hasta Tarragona. A la contra, Roma desde su posición reforzada en Tarragona
maquinaría el triunfo de Sagunto, mientras que una nueva zarpa cartiginense les
volvería a atacar obligando los a replegarse de nuevo hacía el Ebro.
Vio astutamente
Escipión que la única manera sería atacar directamente a la raíz del problema,
la ciudad de Cartago.
Teatro Romano de Cartagena |
Conquistada la
capital Cartago, consiguió Roma el control de las minas de plata y esparto, y
rápidamente el control político de los pueblos indígenas cercanos que les daría
un primer dominio. El resto ya fue fácil, “cortada la cabeza - muerto el cuerpo
–“. Un último golpe a Asdrúbal en Baecula daría sentenciada la guerra. Salieron
al poco tiempo los últimos púnicos desde Cádiz, entregando a Roma el destino de
Hispania.
Puerto de Cartagena |